Calvin Harris ya esta de vuelta con sus melodías dance y ahora lo ha querido hacer con la voz de Florence Welch, cosa que es muy lógica tras ver el éxito que obtuvieron juntos con el remix de Spectrum (Say My Name) que si ya la canción original de por si era buena, cuando el Dj se metio en ella ya se convirtió en todo un hit. Ahora nos traen Sweet Nothing, que ya con el título se ve que es algo propio de Florence pero cuando la escuchas ves que no podría ser una canción típica de ella, aunque puede que el escocés se haya comedido un poco para que la cantante se luciera y nos conquistará con su voz, aunque no sea con uno de sus temas que te atraviesan el cuerpo y te hacen estremecerte.
Para este vídeo han contado con un actor rubio, uraño y antipático y una Florence que interpreta el papel de una chica que trabaja en un prostíbulo o algo por el estilo en Dalston, Lodres. La cantante aparece casi travestida como un hombre y se sube a cantar a la tarima la parte lenta e introductoria de la canción mientras un Calvin Harris teñido la observa desde su sillón. Mientras en la calle, y mientras sube el ritmo de la canción, el rubio es perseguido y golpeado por un grupo de matones, escena que se ve intercalada con una en la que le grita a la señorita Welch.
Multitud de escenas del prostíbulo son las que podemos ver en este videoclip, quizá para darle aún ese toque más bizarro, pero que a la vez le aporta realismo a la historia que ya empieza a cobrar sentido y unidad cuando vemos que Florence le cuenta a Harris en el baño sus problemas y luego vemos como este paga a los matones para que peguen al que ahora supongo que es su novio y que tanto le gritaba. Mientras vemos estas cosas, ella se va quitando el traje, se suelta el pelo y se convierte en otra más de las chicas que trabaja en ese local. También se revuelva por el escenario, mientras canta con la cara llena de dolor, quizá, y siguiendo la temática de alguno de sus vídeos, sienta el dolor que le están infligiendo a su novio.
Un videoclip lleno de dolor que acompaña a una canción, que aunque se pueda bailar, es capaz de atravesarte el cuerpo y hacerte estremecer estés donde estés, quizá no de la misma manera y con la misma intensidad que si fuera una canción propia de Florence Welch. Es agradable ver que no toda la música dance necesita de una fiesta o de algo futurista para sus videoclips y que puede sacar una historia normal, de la calle, para poner imágenes a una canción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario